A partir de la nueva economía Psíquica planteada por Charles Melman
Charles Melman plantea que la nueva economía psíquica, es decir la manera de organización psíquica subjetiva del sujeto contemporáneo, tiende a organizarse en la actualidad mediante una exposición del goce, más no a través de la represión, mecanismo determinante en la posición neurótica desde el discurso psicoanalítico.
Esto se ve reflejado en los discursos actuales que se manejan. No nos sorprende escuchar hoy por hoy una tendencia frente al: sin límites, todo vale, sin barreras, el límite es el cielo, a vivir el aquí y el ahora, etc.
“…un considerable progreso, pero al mismo tiempo, como ocurre, portador de pesadas amenazas, sin dudas. El progreso considerable, es haber comprendido efectivamente el hecho de que el cielo está vacío, tanto de Dios como de ideologías, de promesas, de referencias, de prescripciones y que los individuos tienen que determinarse a sí mismos, singularmente y colectivamente.”
(Melman C – Pp 17. El hombre sin gravedad)
Melman señala que dentro de su Clínica identifica a través del discurso de sus analizantes, una falta de sentido común, una dificultad para encontrar puntos de referencia que sostengan al sujeto, siendo estos elementos parte de los avatares que se reflejan dentro del contexto analítico.
Podría ser que está posición “flotante”, sea en parte consecuencia de la decadencia de la religiosidad del sujeto contemporáneo. De la nueva modalidad, en donde existe la certeza y/o el desinterés por creer en el determinismo de la vida en función de un Dios. que avale su discurso mediante normas y valores con mucho contenido moral. Por esto quizás vemos en el sujeto contemporáneo dentro su accionar, menos sentimiento de culpa, menos “cargo de conciencia”. Ya no se escucha tanto un “Dios sabe porque hace las cosas”. Sino más bien una lucha por alcanzar la posición de goce, de gozar a cualquier precio.
De igual manera la importancia que tiene el lugar de la Ciencia para determinar la nueva economía psíquica. Un cientificismo sin límites, con respuesta para todo, y cuando no, con la promesa de pronta respuesta. Dejando de lado muchas veces preguntas abiertas, preguntas necesarias para que exista movimiento, más bien del lado del deseo que del goce.
Por otro lado resulta importante igualmente observar como el Capitalismo y la globalización, mediante la comunicación y la publicidad, nos brindan constantemente la ilusión de que mediante la oferta y adquisición de objetos y situaciones. Vamos a atrapar al objeto, pretendiendo denegar la lógica del ser hablante, por ende de esa falta estructural.
Quizás es en ese contexto donde se presenta el movimiento de la represión de la Viena Freudiana, a la exposición del goce actual.
Estaríamos hablando entonces de una Neurosis transgresora, apegada del lado de la Perversión según Melman, en donde la evasión de la tachadura es la tendencia, con rasgos de denegación de la falta, complejizando y distanciando al sujeto de ocupar un lugar del lado del deseo, sino más bien del goce.
Las redes sociales
Esto se evidencia sobre todo a través de su cámara, que resulta ser el ojo que registra y comunica, poniendo en evidencia la vida del sujeto.
Parecería que es de primer orden registrar mediante fotos y videos la cotidianeidad. Sobre todo de momentos “importantes”. Es sumamente común ver cómo los sujetos tienden a fotografiar y grabar los momentos.
Llama la atención como hoy por hoy es más importante fotografiar el plato de comida antes que degustarlo, fotografiar y grabar el paisaje antes que observarlo mediante los propios ojos y no a través del lente óptico. Es más importante fotografiar los monumentos, las novedades, antes que vivenciarlas, antes que registrarlas nosotros mismos.
Parece que en ese movimiento de registro, nos registramos nosotros mismos, en función al otro, al, deseo del Otro. Todas las imágenes video grabaciones y demás tienen el deseo de ser expuestas, de ser registradas, es decir registro mi vida mediante fotos, que tienen la intención de ser expuestas para otro, en última instancia me registro mediante la mirada del otro a través de sentirme deseado y esa es la prioridad. Reflejando la importancia del objeto mirada y de hacerse de un lugar a través de estos “registros”.
Si hablamos de un paso de la represión a una exposición del goce, resulta oportuno analizar el uso de redes sociales, mediante su mecanismo principales fotos y videos, los cuales tienen la función de exponerse y lograr un lugar en el deseo del Otro a partir de ese juego de registrar- registrarse.
Vivimos en una lógica en donde la tendencia a que lo que tiene lugar y validación resulta ser lo que uno muestra. En donde importan más los títulos que la experiencia, cuantos artículos se ha publicado más que la calidad de los mismos, con quien te llevas más que quien eres.
Resulta ser una nueva economía psíquica amparada en el esnobismo, que propicia el esnobismo, en donde no importa el contenido sino la apariencia, no de cómo soy sino de cómo quieres verme y circular en función a eso.
- Gozar en función de la mirada del otro, del registro imaginario de cómo quieres ser visto.
- Gozar a cualquier precio también en el sentido de falsear imágenes, de maquillar fotos, de mentir para convertirse en lo que el otro quiere ver.
- ¿Cuál sería el lugar del Psicoanálisis frente a los movimientos que presenta la Nueva Economía Psíquica?
- ¿Cuál sería la responsabilidad de la Clínica Psicoanalítica ante esta manera de organización psíquica?
Melman menciona en cuanto a la demanda, una dificultad por parte del sujeto para ponerla en juego en el espacio de análisis. Hace referencia a una liquidación de la transferencia, una dificultad para ubicar la demanda en el lugar de la transferencia a través de la posición de un sujeto supuesto saber.
Rol de la Psicoanalítica
Más allá de una posición protocolaria, quizás sea oportuno entonces, plantear que la clínica Psicoanalítica debe estar atenta a:
- sostener la transferencia,
- propiciar que la demanda se ponga en juego en el espacio de análisis,
- cuestionar la modalidades del goce subjetivo,
- confrontar al sujeto con su tachadura,
- recordarle su lugar de ser hablante, mediante la función de corte incluir al sujeto en la lógica del no todo, más no en la del sin límites y el todo vale.
Fuera de idealismos, pero manteniendo la línea de progreso, la cual Melman señala constantemente en el texto. Sería interesante analizar el recorrido que ha presentado la organización psíquica de la “represión” , hacia una economía psíquica priorizada por la exhibición del goce. ¿A dónde va la nueva Economía Psíquica? ¿Hacia dónde se dirige?.
Si analizamos dialécticamente el paso de la represión ala exhibición del goce, al margen de sostenerse en Dios mediante la religión, a creer en todo y en nada.
Quizás la línea del progreso pueda mantenerse como dice Melman al margen de: ”que el cielo está vacío, tanto de Dios como de ideologías, de promesas, de referencias, de prescripciones y que los individuos tienen que determinarse a sí mismos, singularmente y colectivamente.”
Esto da lugar a la responsabilidad subjetiva, sosteniendo el mantenernos del lado del deseo soportando al mismo, soportando la falta en ser, aterrizando la idea de que del lado del todo encontraríamos la completud, la complementareidad con el objeto, Anulando la condición de nuestra estructura, estructura del lenguaje en las cual estamos incluidos.